En Nueva Orleans se va a desatar un poder letal. Solo el amor podrá evitar una destrucción sin precedentes.
Sus mundos no podrían ser más distintos Marguerite Goudeau tiene a su alcance todo lo que el dinero y el poder pueden comprar. Y, sin embargo, se siente atrapada en un mundo de riquezas y privilegios, de deberes sociales e hipocresías, que desdeña. Wren Tigarian es un paria incluso para los de su especie; un joven huraño, silencioso, hermético e inaccesible. En él se oculta una fuerza letal que amenaza con desatarse y no poder ser controlada jamás. Nunca ha luchado por nadie. Nunca ha escuchado a nadie. Nunca ha deseado a nadie como ahora a Marguerite.
Wren, un auténtico Katagaria, es un híbrido, la mezcla resultante entre una madre leopardo de las nieves y un padre tigre blanco. Como consecuencia de esto, Wren puede adoptar ambas formas a voluntad. Es una abominación a la que no debería habérsele permitido llegar al mundo. Cuando sus padres comenzaron a sospechar de sus poderes, su padre intentó matarle. Después de aquello, nadie sabe con certeza qué le sucedió a sus padres.
Debido a la brutalidad y a sus naturalezas extremadamente dominantes, tanto las ramas Katagaria del tigre blanco como del leopardo de las nieves se creen extintas. Muchos piensan que él es el último de ambas especies.
Medio muerto, es llevado al Santuario cuando era apenas un cachorro. Los osos se compadecieron de él, pero según pasaban los años y crecía, van siendo más conscientes de sus poderes y su fuerza. Actualmente tiene unos cuarenta y cinco años, lo que en la edad de los humanos equivale a veintidós.
Un solitario redomado, es vigilado atentamente por todos los Peltiers que temen de lo que pueda llegar a ser capaz. Incluso Wren tiene miedo de sí mismo y de llegar a descubrir la verdadera ferocidad que yace en el corazón de la bestia. Por esta razón, ha jurado no emparejarse jamás y mantenerse apartado de todos... hasta que conoce a la mujer que puede hacer que olvide todas sus promesas.
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